17 mayo 2025, sáb

Cables submarinos y Las Toninas, así llega Internet a todo el país

El Internet no viaja por el aire: el 98% va por debajo del mar

Cuando pensamos en cómo funciona Internet, muchos imaginan satélites flotando en el espacio transmitiendo datos como si fuera magia. Pero la realidad es muy distinta (y mucho más terrenal): el 98% del tráfico mundial de Internet viaja por cables submarinos. Sí, hay verdaderas autopistas de datos ocultas bajo los océanos que mantienen al mundo conectado.

Estos cables de fibra óptica cruzan mares y continentes transportando todo: desde tus mensajes de WhatsApp hasta el contenido que ves en streaming. Y no son pocos: hay más de 400 cables submarinos activos repartidos por todo el planeta. Algunos tienen miles de kilómetros y están diseñados para durar más de 25 años. La web submarinecablemap.com muestra en un mapa interactivo los cables submarinos que conectan al planeta entero.

Meta y el Waterworth: un proyecto que da la vuelta al mundo

Una de las empresas que más fuerte está apostando en este terreno es Meta (la dueña de Facebook, Instagram y WhatsApp). Actualmente está desarrollando Waterworth, uno de los cables más ambiciosos de la historia: más de 50.000 kilómetros de extensión, uniendo cinco continentes y superando incluso la circunferencia de la Tierra.

Este cable tendrá puntos de conexión clave en India, Estados Unidos, Brasil y Sudáfrica, y la inversión estimada ronda los 10.000 millones de dólares. ¿La razón? Meta maneja el 20% del tráfico global de Internet, así que tener su propia “ruta de datos” es clave para garantizar velocidad, estabilidad y menos dependencia de terceros.

Google también presente en el fondo del mar

No es la única. En 2023, Google lanzó «Firmina», un cable submarino de 13.500 kilómetros que conecta la costa este de Estados Unidos con América del Sur. Puede transportar 15 terabits por segundo por par de fibra… ¡y tiene 12 pares! Es decir, una bestia en capacidad de datos.

¿Y Argentina? Todo empieza en Las Toninas

En nuestro país, hay un punto que es clave para toda esta infraestructura: Las Toninas, en la costa atlántica bonaerense. Es conocido como el “kilómetro cero del Internet argentino”, porque es ahí donde desembocan la mayoría de los cables submarinos que nos conectan con el resto del mundo.

¿Por qué Las Toninas? Porque es una zona costera amplia, poco urbanizada y lo suficientemente cerca de Buenos Aires, donde está el mayor consumo de datos. Además, al estar lejos de grandes centros urbanos, hay menos interferencias, menos riesgo de roturas… aunque no siempre.

El Internet puede cortarse… con una pala

Como dato curioso (y algo tragicómico), una vez en 2011, una señora en Georgia (el país, no el estado de EE. UU.) cortó accidentalmente un cable cavando en su jardín y dejó sin Internet a toda Georgia y a parte de Armenia durante horas. Así de frágil puede ser una red que sostiene buena parte de la economía digital global.


En resumen: mientras vos le das play a tu serie favorita o subís una foto, los datos están viajando a toda velocidad por fibras ópticas escondidas a miles de metros bajo el mar. Y aunque los satélites existen, la verdadera columna vertebral de Internet está en el fondo del océano.